Ni todo el día abiertas ni todo el día cerradas. Las ventanas juegan un papel muy importante durante el verano si sabes cómo hacer uso de ellas. No solo nos protegerán de las altas temperaturas, sino que nos ayudarán a reducir nuestro consumo en aire acondicionado.
En cuanto llega el verano y las temperaturas empiezan a subir, nos preguntamos de qué forma mantener fresca nuestra vivienda sin tener el aire acondicionado puesto todo el día. En este artículo queremos compartir con vosotros algunos consejos básicos, que nos ayudarán a sobrevivir en los días calurosos. Como hemos dicho, la opción de abusar del aire acondicionado está descartada. No solo porque disparará nuestros consumos eléctricos y, por tanto, nuestra factura a final de mes, sino porque estaríamos disparando las emisiones de CO2 a la atmósfera y dañando el planeta. Entonces, ¿qué hacemos?
- Podemos pensar que abrir las ventanas cuando tenemos calor es la solución, “para que entre el aire” habremos oído decir alguna vez. Si ese aire exterior está a 40º, lo único que conseguiremos es que la temperatura interior de nuestra vivienda aumente. Por eso, es importante que en las horas más calurosas del día cerremos las ventanas. Esto no quiere decir que haya que olvidarse de ventilar, no. Abriremos las ventanas a primera hora de la mañana y por la noche, así además de ventilar aprovecharemos para refrescar nuestra casa.
- Vivimos en un país con una gran incidencia solar, de ahí que tengamos una tradición tan arraigada en cuanto al uso de persianas. Son un elemento que nos ayuda a proteger nuestra vivienda durante todo el año, pero en verano cobran especial importancia haciendo de escudo frente al sol. Por tanto, debemos hacer con ellas lo mismo que con las ventanas, mantenerlas bajadas durante las horas de mayor luz solar.
- En los momentos en los que ventilemos, a primera hora del día o cuando cae el sol, un truco para favorecer la circulación del aire en el interior de casa es realizar nuestra propia ventilación cruzada. Es decir, abrir ventanas que se encuentren en los lados opuestos de nuestra vivienda, de esta forma notaremos cómo se crea corriente y el aire fresco circula.
Importancia de unas ventanas aislantes, también en verano
Cuando pensamos en ventanas de altas prestaciones, tendemos a pensar en el frío, la lluvia… y las condiciones climáticas más desfavorables. Sin embargo, unas ventanas con un buen aislamiento y elevados valores de hermeticidad también nos serán efectivas para combatir el calor. Si la ventana ofrece un buen nivel de aislamiento, el calor del exterior no penetrará en el interior de la vivienda y el frescor conseguido por el aire acondicionado, tampoco se escapará. Conseguiremos mantener nuestra casa fresquita durante más tiempo, reduciendo el gasto en aire acondicionado.
¿Qué debemos tener en cuenta para que nuestra ventana sea aislante? Por un lado debemos fijarnos en el material, por ejemplo el PVC es un aislante natural debido a sus propiedades no conductoras. Esto, además de evitar el paso del calor exterior, también hace que aunque la ventana esté al sol, cuando toques la parte interior del perfil, este no esté caliente. Otros aspectos que hay que tener en cuenta al escoger ventanas, es el tipo de vidrio, preferiblemente debe ser doble, pudiendo incluir vidrios especiales bajo emisivos o con control solar.
Lo último y no menos importante es la instalación. De nada nos sirve una ventana muy buena si después no se instala correctamente. Una buena instalación asegurará el aislamiento y la hermeticidad que proporciona esa ventana, por eso desde PROYECTOS VENTANAS siempre recomendamos recurrir a profesionales, como los miembros que forman nuestra compañía.
¡Buen verano!