Las ventanas son elementos de gran importancia en una construcción: además de dar paso a la luz natural, también sirven para proteger el hogar frente los intrusos, impedir la pérdida de energía, resguardar el ambiente de las temperaturas exteriores (tanto en invierno como en verano) y aislar del ruido, además de ser un importante componente decorativo del punto de vista del interiorismo y de la arquitectura.
Por su relevancia, es natural que, al plantearse el cambio o la instalación de los cerramientos, surjan dudas sobre la durabilidad de las ventanas de PVC. En este sentido, su vida útil es una de las características que diferencian las ventanas de PVC, de las ventanas fabricadas con otros materiales, y que reafirman las grandes ventajas de este tipo de cerramientos.
La vida útil de las ventanas de PVC
La durabilidad de las ventanas de PVC está íntimamente relacionada con el retorno de la inversión. Es decir, en cuánto tiempo podremos amortizar la adquisición y por cuánto tiempo podremos disfrutar de todos sus beneficios, sin alteraciones.
En líneas generales, podemos decir que la vida útil de las ventanas de PVC es de hasta 50 años. Pero para ello debemos prestar cierta atención a las partes móviles de la ventana, los herrajes, ya que engrasar estos elementos una vez al año garantiza que funcionarán correctamente durante una vida tan prolongada. Los perfiles de PVC, por su parte, no necesitan ningún tipo de mantenimiento y basta con una limpieza con un paño húmedo y jabón neutro para que recuperen el aspecto del primer día.
¿Por qué las ventanas de PVC tienen una larga vida útil?
Las características técnicas del PVC, en combinación con la calidad del material utilizado por el fabricante y la tecnología empleada en su fabricación, son la clave para que los cerramientos de PVC proporcionen las mejores condiciones de durabilidad. Cabe recordar que las ventanas de PVC son resistentes a la intemperie (viento, altas y bajas temperaturas, lluvia, al ambiente salino del mar, etc.) y también son menos propensas a acumular la suciedad, lo que contribuye a aumentar su durabilidad y a conservar su valor durante más tiempo.